Las Residencias de mayores seguirán siendo la mejor alternativa tras el COVID-19

En las últimas semanas se ha hablado mucho de la difícil situación de las Residencias de personas mayores: del número de contagiados por el COVID-19 en estos centros, del número de residencias con personas contagiadas, del número de fallecidos, etc.

¿Significa esto que se está actuando mal en estos centros?

Antes de plantear cualquier repuesta es importante conocer el contexto.

Al finalizar Semana Santa había en España más de 18.000 personas fallecidas por COVID-19. La mayor parte de estos fallecimientos se ha producido en centros hospitalarios, algo totalmente lógico ya que los centros de salud es donde acuden los enfermos graves. El trabajo de estos centros es atender a personas enfermas hasta el final, ya sea un final bueno o malo. Y lo están haciendo más que bien, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades que los profesionales de la salud viven cada día.

Del mismo modo que en los centros de salud se concentran los contagiados graves, en las residencias de personas mayores se concentran las personas con más riesgo de desarrollar la enfermedad.

En España, más de 370.000 personas mayores viven en centros residenciales. La mayor parte de estos residentes (82%) son personas de más de 80 años. Se trata de personas especialmente vulnerables al COVID-19 por el hecho de ser personas mayores, no por el hecho de vivir en un centro residencial. Y éste es el motivo de que estos centros concentren un elevado número de personas enfermas que, lamentablemente, pasan a ser enfermos graves con más facilidad que los contagiados de menor edad.

Por otro lado, los empleados del sector sanitario y de centros de mayores son otro de los colectivos más afectados por el COVID-19. ¿Cuál es el motivo de que se contagien más? Precisamente el contacto continuo que requiere la dedicación a personas enfermas o a personas mayores es lo que comporta un mayor riesgo de contagio.

Estos profesionales exponen su salud al COVID-19 cada día para cuidar y atender a sus pacientes y a los residentes. Una labor que siguen haciendo pese a las dificultades que comportan la carencia de material de protección, la imposibilidad de cubrir puestos de compañeros de baja, las horas sin dormir… hasta llegar, en muchos casos, al aislamiento de la propia familia para dedicar más tiempo a la atención de quién lo necesita.

A la vista de esto, no podemos hacer otra cosa que corroborar la buena labor de los profesionales de los centros de mayores. Y estamos convencidos de que tras esta crisis global, los centros de mayores serán aún más seguros, gracias a la aparición de nuevos protocolos que será necesario aplicar en beneficio de residentes y profesionales para seguir garantizando su bienestar ante el nuevo entorno post COVID-19.

Porque superar esta pandemia habrá permitido identificar cómo ser aún más eficaces en caso de futuras situaciones que supongan un nuevo reto. Y todo el sector sanitario y asistencial seguirá poniendo todo su empeño en prevenir y superar cualquier nueva contrariedad.

Pensium a tu lado frente al COVID-19