La vejez a través de la Historia
Nuestra sociedad actual es el resultado de un largo camino a través de etapas históricas claramente diferenciadas, en las que la manera de ver la vida, la familia, las relaciones sociales, etc., ha sido muy distinta.
Y entre estas diferencias también está la manera en la que cada etapa entiende lo que es la vejez. Así que en este artículo os queremos mostrar la visión de la vejez en diferentes momentos de la historia. Un repaso interesante, ya que lo que somos ahora es fruto del camino recorrido.
Un viaje por nuestro pasado
Si retrocedemos hasta la Prehistoria nos encontramos con una sociedad donde llegar a la vejez (una vejez mucho más temprana que la actual) era algo raro. Por este motivo, las personas ancianas eran consideradas especiales. Se les atribuían capacidades casi sobrenaturales, ya que se consideraba que estaban cercanas a los espíritus y que tenían la capacidad de hablar con ellos. Las personas ancianas eran cuidadas por la familia.
Al avanzar hasta la antigua Grecia nos encontramos con una primera etapa en que se valora la vejez como fuente de sabiduría y experiencia, aunque ya van surgiendo corrientes que ven la vejez como algo negativo. La creencia dominante de elogiar la vejez se mantiene unos siglos hasta la época de pensadores como Platón y Aristóteles. En este momento empiezan las discrepancias entre la corriente platónica, que valora la experiencia y sensatez de los ancianos, y la corriente aristotélica, que ve la vejez como responsable de los males humanos.
En el Imperio Romano se daba mucha importancia a las personas mayores, y muestra de ello es que el Senado, órgano de gran poder, estaba formado por ancianos. Pero con el paso de los siglos las clases más bajas de la sociedad no veían con buenos ojos el poder que ejercían los ancianos, por lo que la valoración de la vejez entre la mayor parte de la población pasó a ser más negativa.
Seguimos avanzando hasta la Edad Media. En esta etapa las condiciones de vida eran duras, y las continuas guerras hacían que se valorara la juventud y la fuerza por encima de la experiencia de los años. Entre los integrantes de la Iglesia había mayor número de ancianos, debido a que tenían una vida más cómoda que el resto de la población pero, aunque en este entorno había más personas de edad, no eran muy bien valorados, y los signos de la vejez (arrugas, enfermedades, lentitud de movimientos) se utilizaban como imagen del mal.
Es en la Edad Contemporánea, gracias a las mejoras sociales, científicas y sanitarias, cuando poco a poco va creciendo el respeto hacia las personas mayores. En nuestra época, el hecho de llegar más fácilmente a la vejez combinado con periodos de baja natalidad ha hecho que las personas mayores tengan mucho peso en la pirámide poblacional. Este hecho se mantendrá o incluso puede incrementarse, por lo que la vejez ha pasado a ser una etapa que tiene gran importancia a nivel social y político, de manera que la atención y el cuidado a las personas mayores se ha convertido en un pilar para el desarrollo de nuevos servicios.
No podemos predecir qué pensaran de la vejez las generaciones futuras, pero sí que podemos afirmar que, cada vez, las personas mayores tendrán acceso a más opciones para llevar una vida activa en los primeros años de esta etapa y, cuando el paso del tiempo les lleve a necesitar cuidados específicos, las personas de su entorno cercano dispondrán de más opciones para facilitar estos cuidados, ya sea en el entorno familiar o en un centro especializado. Y en Pensium seguiremos ofreciendo alternativas para ayudar a las familias que lo necesiten a que su familiar mayor esté bien cuidado.