San Valentín en la tercera edad
El amor no tiene edad y, al contrario de lo que muchos puedan pensar, en la tercera edad el amor también tiene su espacio.
Como ya hemos dicho en varias ocasiones, uno de los problemas a los que se enfrentan muchos de nuestros mayores es la soledad. A ciertas edades es muy habitual encontrar personas que viven solas y que, a pesar de tener el cariño y afecto de su familia, echan de menos compartir su intimidad con alguien en su misma situación.
Este amor romántico en la tercera edad no es el típico amor fogoso y pasional propio de la juventud, sino que es más tranquilo, sereno y reflexivo, que surge de la amistad y afinidad con alguien con quien se comparten circunstancias, intereses e inquietudes.
La expresión del amor con el paso de los años cambia. Lo que en la juventud es pura pasión, en la vejez se transforma en cariño, aprecio y estima. Se trata de un amor con mucha más sabiduría y racionalidad que se demuestra en forma de complicidad y largas conversaciones, delicadas muestras de afecto y bonitos detalles románticos como la invitación a un paseo o una agradable tarde de teatro.
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Más allá del amor romántico
Aún y así, más allá del amor romántico de pareja, en la tercera edad también es especialmente importante el amor de la familia y las personas del entorno.
Las muestras de cariño y afecto por parte de familiares y amistades son necesarias y, por supuesto, bien recibidas a todas las edades. Y en la tercera edad cobran especial importancia puesto que los sentimientos de soledad se acentúan con la edad y, como consecuencia, la necesidad de sentirse querido y acompañado aumenta.
Es por ello que, en días como hoy, muchas residencias de ancianos celebran San Valentín repartiendo cariño y amor entre todos sus residentes. Así, en motivo de esta festividad, se decoran las instalaciones con los colores del amor y se organizan actividades destinadas a regalar muestras de cariño a todos los participantes.
Abrazos, besos, piropos, mensajes de amor, cariño y afecto de compañeros, familiares y trabajadores, llenan el día de San Valentín de muchos ancianos que quizás no tienen pareja pero no por ello deben dejar de recibir amor.
Y es que en estos días en los que se respira amor por todos los rincones, es especialmente importante que pensemos en nuestros mayores. Es necesario que saquemos todos un poquito de tiempo dentro de nuestra ajetreada rutina para ir a visitar a nuestros familiares mayores y demostrarles que les queremos y que son importantes para nosotros. Todos los días son buenos para dar y recibir cariño y amor, pero en días como hoy, es aún más importante.