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La enfermedad de Parkinson: otra de las ‘pandemias’ que pueden afectar a las personas mayores

La enfermedad de Parkinson: otra de las ‘pandemias’ que pueden afectar a las personas mayores

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Aunque en estos momentos nos pueda parecer que el COVID es una de las peores enfermedades que pueden sufrir las personas mayores, tenemos la suerte de disponer ya de una vacuna que nos permite protegernos de esta enfermedad. Sin embargo, hay otras enfermedades que afectan a un gran número de personas mayores y a las que debemos prestar mucha atención, ya que todos estamos expuestos a ellas. Un ejemplo es la enfermedad de Parkinson, y prueba del impacto que tiene en nuestra sociedad es el hecho de que el pasado 11 de abril se celebrara el Día Mundial del Parkinson.

El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que produce una incapacidad progresiva como consecuencia de la degeneración de un tipo de neuronas. Tal y como vimos anteriormente en el post sobre las enfermedades neurodegenerativas más comunes en personas mayores, el Parkinson es la segunda enfermedad de este tipo más frecuente en personas mayores después del Alzheimer.

Aunque se clasifica como una enfermedad del movimiento, también hay alteraciones cognitivas y emocionales. Hasta el momento no hay cura ni tratamiento que limite su avance, y aunque en cada paciente su evolución adopta particularidades, sí es indudablemente una enfermedad progresiva que va de menos a más. Es importante tener en cuenta que su evolución es lenta y muchos pacientes pasan más de una década sin experimentar grandes dificultades funcionales.

Más allá de las particularidades que puede adoptar la enfermedad en cada persona, se ha llegado a delimitar ciertos estadios o fases de la enfermedad de Parkinson que sirven para orientar a pacientes, familiares y personal médico sobre la evolución y tratamiento.

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden incluir:

  • Un temblor, que generalmente comienza en una extremidad (a menudo en la mano o en los dedos). La mano puede experimentar temblores cuando está en reposo.
  • Lentitud en los movimientos (bradicinesia).Con el tiempo, la enfermedad de Parkinson puede retardar los movimientos, haciendo que las tareas simples sean difíciles y lleven más tiempo. Puede que los pasos al caminar sean más cortos, puede resultar difícil levantarse de la silla, o incluso puede que se arrastren los pies mientras se intenta caminar.
  • Rigidez muscular.La rigidez muscular puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Los músculos rígidos pueden ser dolorosos y limitar el movimiento.
  • Alteración de la postura y el equilibrio.La postura puede volverse encorvada y se pueden tener problemas de equilibrio como consecuencia de la enfermedad de Parkinson.
  • Pérdida de los movimientos automáticos.Es posible que se vea reducida la capacidad para realizar movimientos inconscientes como parpadear, sonreír o balancear los brazos al caminar.
  • Cambios en el habla.El habla se puede ver afectado. Puede pasarse a hablar suavemente, rápidamente, insultar o dudar antes de hablar. Además, puede ser en un solo tono en lugar de tener las inflexiones habituales.
  • Cambios en la escritura.Puede resultar cada vez más difícil escribir.

La enfermedad de Parkinson a menudo está acompañada de estos problemas adicionales, que pueden tratarse:

  • Dificultad para pensar.Es posible que se desarrollen ciertos problemas cognitivos (demencia) y dificultad para pensar. Esto suele suceder en las etapas más avanzadas de la enfermedad de Parkinson. Tales problemas cognitivos no suelen responder a los medicamentos.
  • Depresión y cambios emocionales.En ocasiones, en las primeras etapas de la enfermedad puede aparecer la depresión. Su correcto tratamiento puede facilitar la forma de lidiar con otras dificultades ocasionadas por la enfermedad de Parkinson. También es posible sufrir otros cambios emocionales, como miedo, ansiedad o pérdida de la motivación. Los médicos pueden prescribir medicamentos para tratar estos síntomas.
  • Problemas para tragar.Es posible que se desarrollen dificultades para tragar a medida que evoluciona la enfermedad. La saliva puede acumularse en la boca a causa de la forma lenta de tragar, y así se produce el babeo.
  • Problemas para masticar y comer.La enfermedad de Parkinson en etapas avanzadas afecta los músculos de la boca, por lo cual se dificulta la masticación. Esto puede ocasionar atragantamientos y desnutrición.
  • Problemas para dormir y trastornos del sueño.Las personas con enfermedad de Parkinson a menudo tienen problemas para dormir, que incluyen el despertar frecuentemente durante la noche, despertar temprano o quedarse dormidos durante el día. Algunos medicamentos pueden ayudar a tratar los problemas del sueño.
  • Problemas con la vejiga.Se pueden ocasionar problemas en la vejiga que incluyen la incapacidad de contener la orina o tener problemas para orinar.
  • Estreñimiento.Muchas personas con enfermedad de Parkinson manifiestan estreñimiento, principalmente porque su sistema digestivo funciona más lento.

Conseguir un diagnóstico lo más temprano posible es fundamental para el tratamiento y desarrollo de la enfermedad, y para ello también es materia principal la concienciación, sensibilización y conocimiento de la enfermedad en nuestra sociedad.

Debemos estar atentos a cómo actuar y cómo reaccionas las personas mayores de nuestro entorno y, si detectamos algunos de los síntomas indicados en este artículo, acudir al médico de inmediato. Aunque aún no exista cura para el Parkinson, la detección precoz puede ralentizar su avance y permitir una mejor calidad de vida de las personas afectadas.

 

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