¿Podemos prepararnos para envejecer?
Pese a adversidades como la pandemia que estamos viviendo, no podemos negar que los avances en la medicina hacen que la esperanza de vida de las personas sea cada vez mayor. A medida que las personas envejecemos, nuestro cuerpo experimenta nuevas limitaciones y nuestras funciones cognitivas se deterioran. Promover un envejecimiento activo mejora el estado mental, físico, emocional y social de las personas mayores, por lo que se debe de considerar como un objetivo primordial para mejorar la calidad de vida y minimizar este efecto de desgaste que supone el paso de los años.
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¿Qué es realmente el envejecimiento activo?
Según la OMS, el envejecimiento activo es:
“El proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”.
La cuestión no sólo es vivir más años, la cuestión es vivir con la máximo calidad de vida. Esto significa mejorar la autonomía, la salud y la productividad de los mayores e incentivarlos a mantener buenos hábitos diarios para que así consigan avanzar con garantías en su camino a la vejez.
La importancia de mantenerse activo
Siendo conscientes de las limitaciones y capacidades de cada mayor, debemos crearles nuevos intereses para fomentar sus desafíos personales, su autonomía, su integración social y el desarrollo de sus capacidades físicas y mentales, y así garantizar la máxima calidad de vida posible.
Realizar ejercicio físico diariamente ayuda al individuo a mejorar su movilidad, equilibrio y coordinación y, de esta manera, poderse mantener independiente el máximo tiempo posible. Lo más recomendado en personas mayores es el ejercicio aeróbico, como puede ser caminar, nadar o bailar, durante 15-30 minutos al día. Pero no debemos pararnos aquí. Es muy importante realizar también ejercicios de estimulación mental para prevenir el deterioro cognitivo producido por la edad, tal como se indica en el artículo sobre estimulación cognitiva en este blog.
La soledad ocupa un lugar oscuro en los mayores. Sociabilizarse es uno de los factores más relevantes si queremos garantizar el bienestar personal, ya que la interacción con otras personas es muy estimulante, pues se reciben apoyos ante dificultades, favorece la comunicación y la motivación, se intercambia información y experiencias, entre otras cosas. Es esencial ayudar a las personas mayores a mantener buenas relaciones sociales y familiares para favorecer su equilibrio emocional.
Hay otros aspectos clave para prepararnos para envejecer
Todos sabemos que con la edad pueden aparecer enfermedades o situaciones que limiten la capacidad de decisión. La mejor arma para protegernos y proteger a cualquier persona mayor ante los problemas que puede suponer esta situación es tener previsto qué queremos que suceda y quién queremos que vele por nosotros.
Cuando una persona ya no puede valerse por sí mismo y pierde su capacidad cognitiva, para poder tomar determinadas decisiones sobre esta persona es necesario iniciar un proceso de incapacitación, proceso largo y costoso que puede comportar aplazar la toma de decisiones básicas como pueden ser la necesidad de cuidados profesionales, el pago de dichos cuidados, la gestión del patrimonio de la persona mayor, etc.
Sin embargo, existen soluciones previas que tienen la finalidad de resolver las necesidades que vayan surgiendo.
La más habitual es el poder preventivo, un mecanismo notarial rápido y sencillo que permite a la persona mayor anticiparse a su posible deterioro y designar a otra persona para que pueda actuar en su nombre en el momento en que ésta pierda la capacidad natural de obrar por sí misma, Es pues un instrumento de autoprotección al que puede recurrir cualquier persona para, en caso de hallarse en una situación de deterioro cognitivo, tener designada a una persona de confianza que pueda velar por sus intereses personales y patrimoniales.
Desde Pensium animamos a todo el mundo a conocer bien estas opciones, ya que son mecanismos de protección que garantizan que es la propia persona mayor la que decide cómo quiere que se tomen las decisiones en caso de que llegue el momento en que no tenga la capacidad necesaria para actuar con total seguridad.