Cómo fomentar la autonomía de personas mayores
Uno de los principales objetivos que tenemos como sociedad respecto a las personas mayores, es proporcionarles todo tipo de ayuda y recursos para que puedan vivir de forma autónoma e independiente el mayor tiempo posible.
Cuando un adulto mayor mantiene su autonomía se siente útil y mejora su estado de ánimo y salud, cosa que revierte en su bienestar y en el de su familia.
Por ello es de vital importancia tener siempre en mente los recursos que se pueden implementar en el día a día de las personas mayores para facilitarles las tareas diarias y fomentar así su autonomía.
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Adaptaciones del entorno
Como explicamos en nuestro artículo “la adaptación de la vivienda para personas mayores”, uno de los principales cambios al que se enfrenta una persona cuando se hace mayor es la disminución de ciertas capacidades: pérdida de agilidad, de visión, de habilidades motrices…
Por ello se hace indispensable adaptar la vivienda a la situación del adulto mayor para que pueda seguir desenvolviéndose por su casa con comodidad, minimizando los riesgos de accidente.
Algunas de las reformas más habituales son:
En el baño
- El cambio de la bañera por un plato de ducha
- La instalación de barras de sujeción y elevadores
En la cocina
- Bajar la altura de algunos armarios
- Modificar la distribución de los utensilios y el menaje de cocina
- Sustituir los fogones de gas por vitrocerámica con sistema de temporizador y autoapagado
En el dormitorio
- Regulación de la altura de la cama
- Facilitar el acceso a interruptores de luz, teléfono o alarma de asistencia
Productos específicos para mayores
Por otro lado, más allá de las adaptaciones estructurales del hogar, existen productos de apoyo que permiten a las personas mayores desarrollar las tareas más básicas del día a día con mayor facilidad. Por ejemplo:
- Menaje de cocina y vajillas adaptadas para personas con movilidad reducida. Estos artículos se caracterizan por contar con mangos más grandes, diseños ergonómicos o bordes y puntos de apoyo que permiten al adulto mayor comer sin emplear las dos manos a la vez. En el caso de los vasos, lo más habitual es encontrar diseños que permitan beber sin apenas inclinar la cabeza, o boquillas que permiten controlar la cantidad de líquido que se ingiere.
- Ayudas para vestirse y asearse. Como ganchos, calzadores, abrochadores, peines ergonómicos o cepillos de ducha con mango.
- Sistemas para controlar la medicación, como avisadores de pastillas visuales y/o acústicos, portapastillas, trituradores o vasos dispensadores.
- Pinzas y sistemas de agarre para poder coger objetos en altura o que se hayan caído al suelo, sin tener que subirse a ningún sitio o hacer esfuerzos para agacharse.
Paralelamente a este tipo de productos más básicos, a día de hoy también contamos con multitud de productos tecnológicos para personas mayores. Por ejemplo:
- Detectores de caídas
Como comentamos cuando hablábamos de la prevención de caídas en personas mayores, las caídas son uno de los incidentes más habituales en personas mayores, especialmente en los casos de movilidad reducida. Por ello hay empresas que han optado por ofrecer al mercado detectores para personas mayores, que detectan cuando se ha podido producir una caída y avisan al centro de cuidados o teleasistencia.
- Dispositivos GPS para personas con riesgo a desorientarse
Otra tecnología muy útil, especialmente para personas con fases iniciales de Alzheimer o cualquier demencia que conlleve riesgo de desorientación, son los dispositivos GPS que mantienen la persona mayor localizada en todo momento. De este modo, los familiares o personas cuidadoras pueden conocer la ubicación del adulto mayor a través de la app móvil asociado al dispositivo, que acostumbra a ser un reloj, un colgante, un cinturón o un llavero.
- Teléfonos móviles para personas mayores
No todos los adultos mayores están en condiciones para utilizar un Smartphone de última generación. En algunos casos, lo mejor es adquirir un terminal básico, de uso sencillo con teclas y tamaño de letra grande.
Como podemos ver hay multitud de opciones para incorporar en la vida diaria de una persona mayor y facilitarle al máximo su vida autónoma e independiente, solo es cuestión de analizar las necesidades y buscar la mejor opción para cubrirla y reducir riesgos.
